ENTREVISTA A ADRIÁN PERUCHO
Entrevistador Claudio Celada
Tomado del sitio de Facebook UN TOQUE DE DISTENSIÓN
No muchos saben que Under Cover comenzó como fanzine. ¿Cómo era esa época? ¿Cómo fue ese salto de ser una revista con gran tirada?
La idea de hacer una revista dedicada a las series sobrevoló mi mente durante mucho tiempo. No tenía experiencia (salvo la revista de la Secundaria) editorial. Estimo que el formato TV Guía había calado hondo en mi y que el auge de la cadena TeleUNO fomentaba las ganas de saber más acerca de esas series de televisión que tanto queríamos. Así, de a poco, fui moldeando la idea de una revista. El primer nombre fue El Emisario, salió una vez con Misión Imposible en la tapa. Fue imposible porque el nombre estaba registrado por el Grupo Clarín. Entonces se me ocurrió Under Cover. Si bien es una palabra en inglés, sonaba bien fuerte en nuestros oídos. El primer número salió en junio de 1996 con Combate en la tapa. En ese primer momento me acompañaba escribiendo José Luis Tasinazzo, un gran conocedor del submundo de las series. El resto, era mi aporte. Como todo emprendimiento a pulmón, la magia sucedió. Y vaya si todo era a pulmón: la escribía, diseñaba, atendía el teléfono, envolvía y despachaba por correo las suscripciones. Así fluyó en formato de tamaño TV Guía por 27 números. Se repartía de manera gratuita en comiquerías. Luego, en 1999 y después de participar y de ganar una suma de dinero en el programa Tiempo de Siembra, me animé al formato tradicional y la expansión en kioscos. Era un reto. El primer número tuvo al Superagente 86 en la tapa. Salió el 11 de agosto de 1999 y al día siguiente ya sonaba el teléfono por primera vez. O sea, estaban ocurriendo las primeras ventas. De ese número se vendieron poco más de mil ejemplares que con el correr de los años, trepó a 2.000. La revista, ahora mensual, requería un ritmo frenético. Junto a Rafael Daloi, nuevo compañero en la aventura kiosquera, decidíamos el contenido. Tratábamos de balancear los géneros. Tuvimos aciertos y errores. Los errores consistieron más que nada en “quemar” varias series importantes por edición. Under Cover se mantuvo en los kioscos desde 1999 hasta 2010, y totalizó 55 “episodios”. La tapa más vendida, por lejos, fue la que tuvo a Los Profesionales. Y la mayor decepción fue la tapa de El Prisionero, una serie venerada por quienes enviaban cartas y llamaban, pero que a la hora de los kioscos, quedó atrapada en ellos. Conseguir las fotos para la tapa era todo un desafío, corríamos contra reloj. En su mayoría, las compraba en el sitio Moviemarket y dependíamos del correo.
Si hacemos un recorrido podríamos decir que primero hubo seriales en capítulos, luego las clásicas series televisivas y hoy se da un nuevo formato... pero en realidad no se cambió tanto... puede determinar 5 características propias del guion que hayan perdido vigencia...
El cambio es notable. Muy pocas series clásicas pueden retener al espectador hoy día. Eran de guiones limitados y previsibles. Además, como se recompraban, ocurría que el famoso guion de atrapados en una mina por un derrumbe se vio en Combate, Bonanza y Valle de Pasiones, por ejemplo. También, los guiones presentaban al bueno y al malo en los primeros cinco minutos. No existía la conspiración de hoy que vuelve loco a cualquiera.
Y el cambio más importante de las series fue que se convirtieron en historias continuas (lo que los argentinos estábamos acostumbrados por las novelas). Acordate que cada episodio tenía un título y la historia terminaba allí. Ahora es impensado no tener un relato a lo largo de la temporada. Vaya un ejemplo, en la primera temporada de SWAT, Harrelson estaba casado y tenía dos hijos; para la segunda temporada fueron borrados del mapa. Preferían a Harrelson teniendo aventuras.
Igualmente aquellas series cimentaron las bases para la televisión del futuro. Escribieron los mejores y actuaron las estrellas más cotizadas de Hollywood. Sabían que la televisión entraba en cada hogar a nivel internacional. El prestigio te lo daba el cine, pero la masividad te lo otorgaba a veces la televisión.
Hoy las nuevas plataformas y lo electrónico hacen que algunas veces la serie pase no solo por el aparato TV... se va a llegar a un momento donde las series estén predestinadas al hipervínculo...
Estoy esperando ese momento. Ya no soporto depender de un cable operador. Dejáme la oportunidad de un Smart TV, y la libre elección de contenidos. Yo ya dejé de ver canales de aire. No me imagino sentarme a tal hora para ver tal cosa. Todo lo opuesto a nuestra infancia.
Háblenos de dos de los cultores de su género predilecto, el western... John Ford y John Wayne
Ford y Wayne, indisolubles. No sé quién es más importante de los dos. O más influyente, pero para mí sin dudas fue John Wayne, el actor, no el hombre que en un contexto ejecutaba acciones personales relacionadas a la política de manera torpe. Wayne es mítico. Es el actor que encarna siempre al mismo cowboy con matices distintos. Todas sus películas tienen un plus. Me quedo con El Dorado, Más corazón que odio y Rio Grande. Pero no puedo obviar La Legión Invencible, Hatari o El Hombre que mató A Liberty Valance.
Ford supo hacer brillar a Wayne y supo darle a Hollywood productos de primera. El Hombre Quieto, donde honra a su origen irlandés tiene el detalle de la abrumadora cantidad del color verde. No dejaba nada librado al azar. Ford brindó calidad. Y entiendo que comparte el podio con Alfred Hitchcock . El tercer lugar de la época de oro del cine clásico puede ser disputado por no menos de tres o cuatro directores más.
¿Qué importancia y qué especialización tuvo Rafael Daloi en la vida completa de Under Cover?
Bien, buena pregunta. Rafa aportó la ciencia ficción de la cual yo carecía. Y lógicamente aportó sus humoradas. En la distribución paralela, Rafa expandió los puntos de venta. Y posibilitó que la revista llegara a más gente. A la hora de escribir, su especialidad era la ciencia ficción, los superhéroes y el humor. Pero se desenvolvía con precisión en todos los géneros. Rafa llamó por teléfono un día como conspicuo lector e inmediatamente se sumó a Under Cover. Su aporte fue fundamental a la hora de despegar y volar. Llevamos a Under Cover a ser reconocida en Argentina, Inglaterra, España y Estados Unidos. También me gustaría destacar el aporte del escritor Rodolfo Otero (muy conocido por su libro El Verano del Potro) quien escribió artículos de curiosos para Under Cover.
¿Qué significaron sus años formativos en Inglaterra?
Inglaterra tiene una fuerte presencia en mi vida. Emigré para estudiar. Quizás un poco entonado por la movida musical que dominó la década del 80, decidí que Inglaterra sería el destino para estudiar. Tal vez, si hubiera elegido Estados Unidos, no estaríamos hablando ahora. Ja!
Estudié en Saffron Walden que es un pueblo ubicado hacia el noreste de Londres. Pertenece a Essex y tiene como ciudades cercanas Cambridge y Norwich. Fui a estudiar cine, y obtuve un patrocinio para solventar mi educación si jugaba en el equipo local (Saffron Walden Town F.C.) que hoy deambula en la undécima división del ascenso inglés. Eran un pueblo con todos los condimentos típicos: los pubs, el mercado de los productores locales, la iglesia que databa del año 1100 y pico, el lechero que dejaba las botellas en las puertas bien temprano. Luego me mudé a Londres, más precisamente en la zona de Great Russell Square. El trato siempre fue cordial. Y existía admiración mutua por nuestras costumbres. Ellos se admiraban con el tango, Maradona y Buenos Aires; y yo con sus costumbres. ¿El gran mito? El té de las 5 de la tarde. No existe ya que el horario promedio de cena es a la 6 de la tarde. Cenaba y me iba al pub a jugar a los dardos, tomar cerveza y acumular anécdotas. Inglaterra era y es muy complicado para los inmigrantes. En aquellos años, los movimientos de los argentinos debían pasar por la embajada de Suiza. Ni siguiera había vuelos directos. Viví la caída de la Dama de Hierro. Y pude cumplir el sueño de seguir a mi equipo de futbol, el Nottingham Forest a todos lados. Adonde fuéramos entonábamos el creativo canto: “Nottingham, Nottinghanm, Nottingham….”. Pero bueno, el tiempo marcó el regreso a Buenos Aires.
Tengo entendido que a partir de la revista fue productor de cable para un ciclo de series.
Hice un poco de todo. TyC Sports me contrató para proveer extractos de diálogos de series para uno de los programas de la tarde que ya no recuerdo el nombre, quizás alguien pueda recordar el programa que se iba a los cortes con extractos del Superagente 86, Starsky y Hutch, etc.
Después fui guionista del programa El Retrovisor que tuvo una temporada de 13 episodios y una segunda de 1 episodio
que no salió al aire. Ese programa lo hacíamos en Claxson (dueña de Uniseries)
en la calle Melián. Era lindo darle voz y movimiento de los informes estáticos
de las series de TV. Entre 2011 y 2016 fui convocado por Turner Argentina para
crear y supervisar el contenido de las incipientes redes sociales de TCM, Space
e I.Sat. Hice un poco de todo. Sin olvidar Fuera de Serie, un ciclo de 26
programas con Rafa Daloi en radio 95.5 Labrador que nos dio muchísimas alegrías.
Recibíamos un promedio de 40/50 llamados por programa.
Se habla en guion que a raíz de la nueva narración (algunos le ponen como culpable a Harry Potter) las series y películas no pueden contarse de la misma manera... ¿hay un génesis de esto en las series?
Encontrar el génesis de la nueva narración es como el santo grial. Pero podemos establecer ciertos hitos a lo largo del camino. En los 80, Miami Vice, sin ninguna duda; en los 90 Seinfeld y Friends (pero sin olvidar decenas de comedias), en el albor del nuevo siglo, la irrupción de 24 fue innovadora y responsable de los giros inesperados continuos. Luego Lost, y las que se van agregando a la lista a lo largo del camino. Entiendo que hay una saturación de propuestas similares con distintos nombres y actores. Hoy, los modelos se agotan rápidamente. Combate tenía temporadas de 32 episodios, Miami Vice de 22 y ahora de entre 6 y 10. Y por eso se rescata la franquicia de La Ley y el Orden (que tiene su origen en los 80). Es la serie que aún conserva detalles del momento épico de la TV. No sé o no puedo encontrar un punto de partida bien determinado.
Es conocido el caso del Zorro que quiza sea el país que más veces la emitió... ¿cuáles cree que son los determinantes para que suceda esto?
El Zorro, que en marzo sale del aire, se va una vez más de la pantalla, tiene el encanto de convocar a un público mayor, en su mayoría de la tercera edad que encuentran en el enmascarado un volver a vivir lo que disfrutaron cincuenta años atrás. Es un producto adelantado a sus años originales (1957-59) y no olvidemos que es una serie Disney. El Zorro establece los parámetros del bien y el mal de manera muy marcada. El bien siempre desbarata los planes del mal. Pero nunca mata. Sólo resalta la belleza del bien. Y la solidaridad de ese enmascarado. Y sus historias son en arcos narrativos de tres episodios promedio, eso le dio un brillo único. Es una pena que la serie El Zorro sea maltratada como ocurrió antes con Los Tres Chiflados. Quién hubiera imaginado que canal 13 no renovaría los derechos. Y la dejaría ir. Creo que nadie. Eran una marca indisoluble, pero sucedió. Y el maltrato hacia El Zorro, tarde o temprano, irá en esa dirección.
Elija una serie de sus favoritas... cómo vivió esa serie en su momento... ¿por qué no se viven las series así ahora?
Mis favoritas son varias a lo largo de mi infancia. El primer amor fue Combate, la guerra me apasionaba y semejante personaje como el sargento Saunders y su patrulla funcionaban como un imán. Luego SWAT, esa música y el camión a toda velocidad para salvar a los ciudadanos, me fascinaba. Estamos hablando que yo tenía en ese momento no más de 8 años. En la primera adolescencia Los Profesionales se convirtió en mi debilidad. Y otra que me gustÓ de grande fue Quincy, que en mi infancia era muy intelectual para mi. Cerramos el top 5 con El Gran Chaparral, el upgrade de Bonanza. Fue el mismo equipo de producción, pero eliminaron todos los errores y vicios cometidos. Y triunfaron cuando los westernS estaban en retirada.
Es imposible vivir las series de hoy como vivimos las de ayer. Tenemos más o menos años, y significa que hemos visto mucho, muchísimo. Y creo que no hay productos de los cuales te podés fanatizar hoy día como sí antes con el Superagente 86, Mujer Maravilla, Starsky y Hutch, entre otros.
Volvamos un poco a Under... en ese momento se precisaba una revista así... ¿hoy, al consumirse las series de otra manera, sería posible una revista así?
Creo que no. Estimo que Under Cover salió en el último tren a Londres. Ya había pasado una década de la emisión intensa de todas las series en la TV y comenzaban a verse algunas en las nuevas señales de cable. Creo que fue el momento justo para la revista. No la imagino ahora. Ni tampoco un sitio web de Under Cover. Me gusta más la variedad que se lee en “Un Toque…” que algo dedicado al desquicio que son las series hoy día. Además hoy con Google no habría lugar a un error. Por más que estuviéramos acertados. Mirá, una anécdota, un error de tipeo en Under Cover nos llevó a poner que El Crucero del Amor en el año 1797 (en lugar de 1977) y la solución fue fácil. En el siguiente número pusimos una fe de erratas donde aclaramos que se hubiera llamado El Galeón del Amor. Hoy el lector te amenaza con el dato y la precisión y eso resulta un embole porque se perdió la magia. La revista fue necesaria para recrear lindos momentos y agregarle fotos y precisión. Hasta ese momento, toda la info estaba muy desordenada. La revista TV Guía mandaba fruta en la data. Nosotros ordenamos la información de las series. Y personas como Darío Lavia pulieron y siguen haciéndole, una pasión infinita por el cine y las series.
La revista venía muy bien... hubo un alto... cambio de formato... de estilo... y un día así desapareció... ¿por qué dejó de salir la revista?
Es una buena pregunta que tiene varias respuestas. Por un lado, sin recurrir al golpe bajo, en 2008 enfermé de cáncer. Eso me sacó de la cancha para proceder a mi recuperación. Por ende no pensaba en Under Cover. Por otro lado, un directivo de una señal que pautaba nos dijo que ya no le podíamos aportar nada que ellos mismos no pudieran generar. Buen punto. Y la otra, la que más rabia te da es lo mal que te juegan las distribuidoras de revista en los kioscos. Ellos deciden el futuro de tu producto. El lector ignora (por suerte) muchísimo de lo que sucedía. Llegamos a imprimir 6.000 ejemplares de los cuales con el tiempo supimos que la distribuidora repartía 2.000. Me hubieran avisado y la revista hubiera gozado de una mejor economía.
Under Cover fue un viaje maravilloso. Llegó a cada lugar que tenía que llegar. Me hizo conocer gente increíble. Me abrió puertas. Y el conocimiento me llevó a trabajar en Unisieres y más acá en el tiempo en Turner Argentina. Aquellos actores venerados como Adam West estuvieron al alcance de nuestras manos.
Y con el paso del tiempo, la revista continuó dando satisfacciones.
En la revista hubo figuritas difíciles... cómo solucionaban esa falta de información si ni siquiera había internet
Teníamos todas las “biblias” de la televisión. Libros de más de mil páginas con info detallada. Yo me comunicaba con unos coleccionistas de Arkansas a través de faxes y ellos me mandaban info y VHS. Así fue que logré tener en 1995 o 1996, la serie completa de Aventuras en el Paraíso que estimo no se emite en Argentina hace 50 años y que tampoco está en DVD o streaming. Era todo un trabajo artesanal que llevaba un tiempo descomunal. Pero te aseguro que valió la pena cada línea escrita en Under Cover.
Para finalizar, ¿qué opinión te merece “Un Toque….”?
El grupo es extraordinario. Abunda la calidad en los posteos. Es una fuente de consulta constante. Se rescatan del olvido fotos o recuerdos que a veces abruman porque uno los tiene olvidados en algún rincón de la memoria. Es un privilegio pertenecer al grupo. Y estoy agradecido por tu entrevista Claudio, esto no es Titanic, pero “caballeros, ha sido un honor” responder tus preguntas.
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