LA MAGIA 1
1952
Extractos del libro escrito por Jorge Nielsen
TROPICANA CLUB
Dejamos
para el final tal vez lo más significativo del año televisivo: los
espectáculos musicales o de revistas, que trasladaron a la pantalla
chica las principales atracciones de las noches porteñas.
“Creo
que el secreto fue que teníamos a nuestra disposición a todos los
artistas nuestros y los que venían del exterior. Ibamos a un teatro o a
una boite y sacábamos la figura que necesitábamos. No había competencia
de canales, ni rating, ni nada parecido, y resultó el primer programa
organizado dentro de una gran improvisación. Y fue un impacto”, contaba
Osvaldo Miranda a CANAL TV en 1971 sobre el secreto del éxito de
TROPICANA CLUB.
Esta
producción de Naicó Propaganda tenía una finalidad muy precisa: vender
televisores Admiral. Obviamente los gastos de producción excedían
largamente los ingresos publicitarios, pero se compensaba con creces
ofreciendo un espectáculo de jerarquía, que incitaba a comprar el
novedoso y carísimo telerreceptor. Tito Bajnoff fue el productor, Oscar
Orzábal Quintana fue el director (Alfredo Laferriere dirigió la primera
emisión) y Miranda daba vida a Gastón, el propietario de la boite.
Un elemento novedoso lo constituyó la presencia de público en el estudio, oficiando de clientes del Tropicana Club.
En
uno de sus números de 1952 SINTONÍA no ahorraba elogios: “Es el más
fabuloso espectáculo revisteril ofrecido hasta la fecha que ha sido
irradiado fuera del teatro. Con ritmo de revista, de revista apropiada
para la TV, por supuesto, TROPICANA CLUB resume en sus cincuenta minutos
de transmisión, las alternativas ágiles de las más grandes atracciones
cómicas, musicales y coreográficas del cine, el teatro y la
radiotelefonía nacional. Todo ello hilvanado, acondicionado,
especialmente para ser captado por las cámaras televisoras en brillantes
guiones del cotizado libretista Miguel de Calasanz”.
Los
cincuenta minutos de transmisión fueron variando, muchas veces la
emisión excedía las dos horas, dependiendo de las atracciones musicales,
que no necesariamente respetaban rígidos horarios fijos.
Durante
1952 pasaron por el Tropicana: la cubana Amelita Vargas (afincada en el
país desde 1946, protagonista de varias películas de bajo presupuesto),
José Cibrián, Ana María Campoy, Fidel Pintos, Cuquita Carvallo, el
cantante italiano Teddy Reno, Margarita Padín, Osvaldo Miranda, el
cantante portorriqueño Bobby Capó, Olga Gatti, John Paris, Lita Landi,
Fernando Torres (dos de los principales cultores del bolero), Roberto
Ximénez, Beba Bidart, Juan Verdaguer, Blackie como intérprete del jazz
negro, Rivero Enríquez, Marfil-Valencia, el modista Paco Jamandreu, Juan
Carlos Thorry, Analía Gadé, Tania, Alejandro Maximino, Tincho Zabala,
Jovita Luna, Gladys Marval y Lupe Cortés. En una palabra, casi todas las
atracciones nacionales y visitantes extranjeros de comienzos de los
cincuenta.
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