Teleficciones 1 Los programas (1951-1970)

Teleficciones 4 - Su gente

Teleficciones 2 Los programas (1971-1990)

Teleficciones 5 - Su gente

Teleficciones 3 Los programas (1991-2012)

LA MAGIA 2 1962

martes, 23 de febrero de 2021

LA MAGIA 2

1962

Fragmentos del libro de Jorge Nielsen

 

TITANES EN EL RING

No pueden faltar en esta reseña los luchadores pioneros de un ciclo que mutará hacia exóticas formas de ficción: los TITANES EN EL RING, liderados por Martín Karadagián (como el Racing Club, fue campeón del mundo pero casi nadie lo vio). Componían la troupe entre otros El Indio Comanche, Dakar, Pedro Goytía, los trasandinos Mister Chile y Joe Fica, Taras Bulba, el “commendatore” Benito Durante, Enrique Orchessi, Carloto, Tenembaum, Boby Olson, Tito Sansón, Ararat y el Caballero Rojo (el misterioso enmascarado). No es deporte, no es entretenimiento, no es ficción. Es todo eso junto, un espectáculo que fascinó durante décadas a varias generaciones de chicos (acompañados entusiastamente por sus padres), con caracteres definidos, con “buenos” amados y “malos” repudiados hasta la agresión física por parte del público. Con la música distintiva de la película ESPARTACO, con personajes “históricos” que irá creando Karadagián a lo largo de los años, con imaginativas y redituables fórmulas de comercialización, desde la publicidad encubierta (personajes con nombres de marcas, como Yolanka) hasta un efectivo mercadeo. Con personajes tan insólitos como efectivos (La Momia, El Leopardo, Don Quijote y Sancho Panza). Ya en mayo las mediciones de audiencia lo ubican cuarto, y de lejos el programa más visto del canal 9 (seguido por los CIRCULARES de Mancera), a pesar de emitirse en un horario tardío (sábados a las 22.40). Dos “titanes en lo suyo”, el presentador Víctor Andris y el relator Rodolfo Di Sarli, fueron los complementos ideales para los fornidos muchachos de Martín. Conminado a contestar con un límite preciso (puede escribir un tratado al respecto), Daniel Roncoli elige homenajear a un maestro: “Si no me dan tiempo para meditar una respuesta lo primero que me sugiere esta efeméride es que esta aparición en pantalla propició el desembarco de un personaje mayúsculo de la televisión argentina. De no haber llegado TITANES a la pantalla de Canal 9 probablemente se hubiese jubilado percibiendo un modesto sueldo de locutor de cabina y lo habrían homenajeado de forma relámpago en alguna entrega de un 9 de oro promediando los ochenta. Hablo del advenimiento de un personaje singular. Culto, informado, prestidigitador de las emociones y los tonos, fino creador de ilustraciones, generoso para pescar en el aire estrellas inmarcesibles, sencillamente genial. Con los relatos de este Cyrano ñato Martín Karadagián podía amoratar hasta a El Hombre Invisible y justificar largamente su largo reinado como campeón del mundo. Rodolfo Di Sarli cambió el curso de uno de los alumbramientos de Perogrullo: una palabra del Maestro siempre valió más que mil imágenes”. Pablo Gorlero, autor de TOMAS, TIJERAS Y CORTITOS. UNA HISTORIA DEL CATCH nos cuenta cierta historia del deporte “ficcionalizado” en la televisión argentina. Comienza, obviamente, por los TITANES: “Uno de los secretos del éxito de TITANES EN EL RING era el histrionismo de sus luchadores. En sus orígenes, el cachascán era un deporte. Pero fue trasmutando con el tiempo. Ya en los años ’60, se trataba de un espectáculo con ingredientes deportivos y acrobáticos. El combate real se transformó en una coreografía perfecta. Por lo tanto, si sus protagonistas no hubieran sido excelentes mimos, hoy en día, no estaríamos recordándolos. Martín Karadagián fue una pieza clave en esa transformación. El ingresó en el mundo del catch para ser un segundón, pero sólo en semanas, se convirtió en primera figura. Tuvo la astucia de crear un personaje sádico y gracioso que relegó a las principales figuras del momento. Cuando asomó las narices en la televisión, como un empresario consolidado, todos sus luchadores eran personajes. El catch ya estaba definitivamente transformado en un show para toda la familia, pero con una especial atracción en los más chicos. Primero fueron personajes fantásticos con acento en sus supuestas nacionalidades y orígenes. Así como un maniqueísmo que se mantuvo siempre. Luego, ya en los ’70, Karadagián comenzó a incorporar personajes extraídos de la historia y la literatura, como David, El Cid Campeador, Píndaro, Rómulo y Remo, Nerón, Poseidón, D’Artagnán, Don Quijote y Sancho Panza, entre otros. Yo debo confesar que, a los 6 años, le pedí a mi padre que me compre El Quijote, interesado en su personalidad por verlo en TITANES EN EL RING”.

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