COMIENZOS DE LA TELEVISIÓN
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ZIV. El padre de todas las sindicaciones
La vida televisiva estadounidense en sus primeros pasos, por poner una fecha entre 1946 y 1955, estuvo dominada por tres o cuatro redes televisivas.
Desde 1956 y hasta la actualidad, con todas las modificaciones del caso, estuvo hegemonizada por tres cadenas televisivas (en 1956 se bajó de la lucha DuMont).
Pero quedó un resquicio.
Que fue aprovechado con inteligencia.
Con creatividad.
Con gran visión para los negocios.
La sindicación.
Programas de televisión grabados, generalmente series, vendidas a las distintas señales regionales para los horarios que quedaban vacantes y que no podían proveer las cadenas televisivas.
Y ese hueco lo cubrió Ziv Television Production.
O ZIV, todo en mayúsculas, aprovechando que el apellido del dueño de la empresa tenía tres letras apenas.
Frederick W. Ziv nació en 1905 y se graduó en Derecho en la Universidad de Michigan.
Volvió a su Cincinatti natal y no ejerció su profesión.
Abrió una pequeña agencia de publicidad en 1931.
A veces nacer en una ciudad intermedia de Estados Unidos de América tenía sus beneficios.
Cincinatti tenía su no sé qué.
En realidad se sabía qué tenía.
Era un centro radial muy importante, con gran influencia en el Medio Oeste estadounidense.
Y tenía una emisora radial líder, WLW, que competía contra las cadenas radiales nacionales brindando programación a la zona.
Y un detalle no menor.
Cincinatti era la sede nacional de Procter and Gambler, el auspiciante más importante a nivel nacional de la radio en EUA.
Con su auspicio se desarrollaron géneros como el radioteatro, en una época en que las empresas (y sus marcas) ponían su título a diversos programas.
Este fenómeno se vio, con P&G, también en la Argentina, en radio y en televisión.
Comprobó otra cosa en sus primeras experiencias en el negocio publicitario.
Las principales agencias eran muy duchas en publicidad en diarios y revistas.
Pero sobre cómo publicitar en radio, no tenían muchas ideas.
El publicitario Ziv produjo varios ciclos en WLW y conoció al escritor John L. Sinn, con el tiempo su mano derecha en materia creativa, su socio comercial y su yerno.
En 1937 Ziv y Sinn lanzaron Frederick W. Ziv Company, especializados en la venta de programas sindicados a todas las emisoras de Estados Unidos de América que aceptaran su propuesta artística y comercial.
Un obvio antecedente de lo que sucederá una década después en televisión.
La radio de fines de los años 30 se emitía casi exclusivamente en vivo.
Ziv produjo programas grabados, en discos de acetato que vendía directamente a las emisoras locales.
La publicidad, ciudad por ciudad, era el tema a resolver por la productora y las emisoras respectivas.
Los anunciantes locales, sin suficiente espalda para promocionar en redes nacionales, tenían una novedosa y efectiva vía de hacer conocer sus productos.
Fijaron los precios de acuerdo a cada mercado.
Deportes, música, entrevistas, radioteatros, dramas, series de acción y aventuras.
Ningún género "vendible" le era ajeno a Frederick W. Ziv Company.
En 1948, fuera de las cadenas, Ziv era el principal proveedor de contenidos radiales a nivel nacional.
Ese mismo año creó Ziv Television Programs, su subsidiaria televisiva y el paso lógico para continuar su expansión estética y económica.
Precisamente 1948 fue el año de sus primeros dos programas, Yesterday's Newsreel y Sports Album, 15 minutos el primero, 5 el segundo, a partir de archivos fílmicos que había comprado.
No parece gran cosa, pero al año siguiente comenzaron las filmaciones de The Cisco Kid, un western de media hora de duración con todas las letras.
En un toque de inspiración genial, anticipándose a lo que vendrá, muchos años de que llegara la televisión en colores a EUA la joven productora filmó todos los episodios en color.
Obviamente que se recibía en blanco y negro.
Y más obviamente aún, cuando llegó la tele en colores esos episodios se reflotaron y volvieron a venderse en sindicación, generando increíbles ingresos varios años después de finalizada su producción.
Diantres.
Como sucedió con DuMont, un solo informe no alcanza para Ziv.
Habrá que esperar un poquito para completar su recorrido.
Desde 1956 y hasta la actualidad, con todas las modificaciones del caso, estuvo hegemonizada por tres cadenas televisivas (en 1956 se bajó de la lucha DuMont).
Pero quedó un resquicio.
Que fue aprovechado con inteligencia.
Con creatividad.
Con gran visión para los negocios.
La sindicación.
Programas de televisión grabados, generalmente series, vendidas a las distintas señales regionales para los horarios que quedaban vacantes y que no podían proveer las cadenas televisivas.
Y ese hueco lo cubrió Ziv Television Production.
O ZIV, todo en mayúsculas, aprovechando que el apellido del dueño de la empresa tenía tres letras apenas.
Frederick W. Ziv nació en 1905 y se graduó en Derecho en la Universidad de Michigan.
Volvió a su Cincinatti natal y no ejerció su profesión.
Abrió una pequeña agencia de publicidad en 1931.
A veces nacer en una ciudad intermedia de Estados Unidos de América tenía sus beneficios.
Cincinatti tenía su no sé qué.
En realidad se sabía qué tenía.
Era un centro radial muy importante, con gran influencia en el Medio Oeste estadounidense.
Y tenía una emisora radial líder, WLW, que competía contra las cadenas radiales nacionales brindando programación a la zona.
Y un detalle no menor.
Cincinatti era la sede nacional de Procter and Gambler, el auspiciante más importante a nivel nacional de la radio en EUA.
Con su auspicio se desarrollaron géneros como el radioteatro, en una época en que las empresas (y sus marcas) ponían su título a diversos programas.
Este fenómeno se vio, con P&G, también en la Argentina, en radio y en televisión.
Comprobó otra cosa en sus primeras experiencias en el negocio publicitario.
Las principales agencias eran muy duchas en publicidad en diarios y revistas.
Pero sobre cómo publicitar en radio, no tenían muchas ideas.
El publicitario Ziv produjo varios ciclos en WLW y conoció al escritor John L. Sinn, con el tiempo su mano derecha en materia creativa, su socio comercial y su yerno.
En 1937 Ziv y Sinn lanzaron Frederick W. Ziv Company, especializados en la venta de programas sindicados a todas las emisoras de Estados Unidos de América que aceptaran su propuesta artística y comercial.
Un obvio antecedente de lo que sucederá una década después en televisión.
La radio de fines de los años 30 se emitía casi exclusivamente en vivo.
Ziv produjo programas grabados, en discos de acetato que vendía directamente a las emisoras locales.
La publicidad, ciudad por ciudad, era el tema a resolver por la productora y las emisoras respectivas.
Los anunciantes locales, sin suficiente espalda para promocionar en redes nacionales, tenían una novedosa y efectiva vía de hacer conocer sus productos.
Fijaron los precios de acuerdo a cada mercado.
Deportes, música, entrevistas, radioteatros, dramas, series de acción y aventuras.
Ningún género "vendible" le era ajeno a Frederick W. Ziv Company.
En 1948, fuera de las cadenas, Ziv era el principal proveedor de contenidos radiales a nivel nacional.
Ese mismo año creó Ziv Television Programs, su subsidiaria televisiva y el paso lógico para continuar su expansión estética y económica.
Precisamente 1948 fue el año de sus primeros dos programas, Yesterday's Newsreel y Sports Album, 15 minutos el primero, 5 el segundo, a partir de archivos fílmicos que había comprado.
No parece gran cosa, pero al año siguiente comenzaron las filmaciones de The Cisco Kid, un western de media hora de duración con todas las letras.
En un toque de inspiración genial, anticipándose a lo que vendrá, muchos años de que llegara la televisión en colores a EUA la joven productora filmó todos los episodios en color.
Obviamente que se recibía en blanco y negro.
Y más obviamente aún, cuando llegó la tele en colores esos episodios se reflotaron y volvieron a venderse en sindicación, generando increíbles ingresos varios años después de finalizada su producción.
Diantres.
Como sucedió con DuMont, un solo informe no alcanza para Ziv.
Habrá que esperar un poquito para completar su recorrido.
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