1953,
15 episodios, 230 minutos, directores Derwin Abrahams y Charles S.
Gould, con Richard Crane como Richard Dale, David Bruce como Alan Duncan,
John Crawford como capitán Kidd, George Wallace como Buller, Lee
Roberts como DeVry, John Hart como Jenkins, Lou Merrill como lord Bellmore
Últimos cartuchos de Columbia incursionando en el serial, esta vez basados sobre una figura histórica, el capitán William Kidd.
Situada en 1697 la flota británica envía a sus agentes Richard Dale (interpretado por Richard Crane) y Alan Duncan (David Bruce) para encontrarlo en cercanías de la costa norteamericana. Lo descubren, se unen a su tripulación y se encuentran con un personaje muy distinto (para su bien) del que les habían pintado.
John Crawford, tercero en los títulos, como el antiheroico capitán.
Kidd debía ser juzgado por piratería ante tribunales ingleses. Pero Kidd, notable espadachín, un aventurero de los mares con sus propias reglas de juego, mantenía su lealtad a Inglaterra y sólo atacaba a navíos franceses y piratas.
Los oficiales británicos infiltrados terminan apoyando a Kidd contra el amotinado primer oficial Buller (George Wallace), que pretendía tomar el control del barco para, él sí, convertirse en pirata hecho y derecho.
La inusual rigurosidad por lo que se entendía como los hechos reales de la época de los guionistas Arthur Hoerl y George Plympton le dio un plus de verosimilitud aunque le quitó fuerza narrativa.
Los intereses espurios de la nobleza británica, deformando hechos y difamando a Kidd, se expresaron en lord Bellmore, el mentor de la aventura casi suicida de Dale y Duncan.
¿Era Kidd un corsario o lisa, llana y judicialmente hablando un simple pirata?
Gran tema para un film de gran presupuesto y muy elaborado, quizá no lo ideal para un serial.
Jerry Blake dixit: "Original, bien investigado y bien interpretado, finalmente deja al espectador sintiéndose vacío e insatisfecho. La saga histórica de Kidd podría haber proporcionado un excelente forraje para un largometraje triste, dramático e interesante, pero es simplemente una historia demasiado desalentadora para ser narrada de manera adecuada o satisfactoria en una serie por capítulos; la tragedia histórica y la serie de aventuras son formas básicamente incompatibles, y el intento de combinarlas en Kidd evita que la producción funcione como ambas. Hay mucho para disfrutar en el serial, pero en general decepciona. Es realmente lamentable que la única incursión en serial sonoro en el género de capa y espada haya tomado un enfoque de trama tan desacertado"
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